jueves, 14 de enero de 2010

¡FACHA! (Parte 1)

La progresía actual utiliza la palabra como un arma arrojadiza; como una azagaya letal, emponzoñada con el veneno de la ignorancia y de la estulticia más necia. Su idiocia estriba en no querer aprender; en limitarse a utilizar los dardos que, desde decenios, han utilizado los torpes que, apoyándose en el recuento de unos papelillos que, arrojados estúpidamente en un cajón de paredes de cristal, les aúpan en un poder omnímodo e hidrópico de sensaciones placenteras, que les producen los aplausos y los halagos de los que, como ellos, hacen de la ignorancia su bandera. Repiten la palabra a tontas y a locas cada vez que alguna persona en sus cabales, formada, educada y con hombría, quiere rebatirles algún argumento espurio, o alguna maniobra artera para hacerse con otra parcela de poder, usurpada a sus legítimos poseedores, o les quiere limitar el flujo dinerario hacia sus partidos, nunca peor empleado, desde luego jamás para el bien común o comunitario. ¡Eres un facha! Exclamarán entonces, vomitando incapacidad y ausencia de otros argumentos válidos con que defender su taimada y atrevida malversación, en beneficio propio.

Por si no conocen lo que es el fascismo, me voy a permitir, por el poder que me otorgan mis canas, mi experiencia y mis horas de ratón de biblioteca, ilustrarles un poco. Puede que después de leer se les quede cara de tardo. Ya sé que nunca se harán cargo de sus responsabilidades y de sus errores. Sólo quiero expresar mi derecho al pataleo ante este estado de plétora de elementos saqueadores de los dineros que pertenecen a todos los ciudadanos, y de los que sólo quieren gozar ellos, en su magnífica compañía de los menos, en contra, cada vez con más desvergüenza, de los más.

Definiciones de fascismo

Las distintas definiciones de fascismo y de lo que constituye un gobierno fascista existentes, son objeto de gran controversia, y fuente de numerosas y acaloradas disputas. Historiadores, estudiosos de la política y otros académicos llevan décadas discutiendo la naturaleza exacta del fascismo y sus principios básicos.

La mayoría de académicos coincide en que un "régimen fascista" es, por encima de todo, una forma de gobierno autoritaria, aunque no todos los regímenes autoritarios sean fascistas. El autoristarismo es, en el fascismo, tan solo una de sus características, de forma que la mayoría de académicos afirman que son necesarios más rasgos identificativos para poder definir un régimen autoritario como fascista.

De forma similar, el fascismo como ideología es también difícil de definir. Originalmente, el fascismo se refería a un movimiento político que existió en un solo país (Italia) durante menos de 30 años, y que gobernó dicho país entre 1922 y 1943 bajo el mando de Benito Mussolini. Es evidente que si esa definición se limita al fascismo italiano original, el término fascismo tendrá poco sentido fuera de la historia de la política italiana. La mayoría de académicos, por tanto, prefiere usar la palabra fascismo en un sentido más genérico para referirse a una ideología (o grupo de ideologías) que fue influyente en muchos países en muchos momentos distintos. Para ese propósito, hay que identificar un "mínimo fascista", es decir, las condiciones mínimas indispensables que debe cumplir un grupo político para poder ser considerado fascista. La mejor forma de hacerlo es considerar cuál ha sido la propia definición de fascismo para diversos autores relevantes.

Benito Mussolini

Benito Mussolini, Il Duce, dictador de Italia antes de y durante la Segunda Guerra Mundial, firmó una entrada en la Enciclopedia Italiana en 1932 titulada Doctrina del fascismo. Suele citarse a ese texto como la definición "original" del fascismo italiano, el cual, a su vez, es considerado el fascismo "original". Sin embargo, el valor de las afirmaciones de Mussolini sobre su propio movimiento político es objeto de discusión.

Algunos extractos destacados de una de las traducciones de la Doctrina del fascismo:

Aunque el XIX fuera el siglo del socialismo, el liberalismo y la democracia, eso no significa que el siglo XX deba ser también el del socialismo, el liberalismo y la democracia. Las doctrinas políticas pasan; las naciones permanecen. Somos libres de creer que este es el siglo de la autoridad, un siglo que tiende hacia 'el bien', un siglo fascista. Si el XIX fue el siglo del individuo (liberalismo implica individualismo), somos libres de creer que este es el siglo del 'colectivo', y por tanto el siglo del estado

La concepción fascista del estado es totalmente incluyente; fuera del mismo no puede existir ningún valor humano o espiritual, mucho menos tener valor. Comprendido esto, el fascismo es totalitario, y el estado fascista - síntesis y unidad que incluye todos los valores - interpreta, desarrolla y potencia toda la vida de un pueblo

El fascismo es una concepción religiosa en la que un hombre es visto bajo la perspectiva de su relación inmanente con una ley superior y con una voluntad objetiva que trasciende al individuo particular y le eleva a la pertenencia consciente a una sociedad espiritual. Cualquiera que no haya visto en las políticas religiosas del régimen fascista nada más que mero oportunismo, no ha entendido que el fascismo, aparte de ser un sistema de gobierno, es también, y sobre todo, un sistema de pensamiento.

(Continuará)

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